¿ ERES MAGNANIMO ?
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¡ No dejes jamás de pedir auxilio al Señor para que dilate tú corazón !
( LUNES XI Semana T.Ordinario )
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¿Vives la virtud de LA MANSEDUMBRE ?
Porque ante la violencia ( la injusticia, la maldad, el odio ), tenemos dos respuestas:
Una es responder a la violencia CON VIOLENCIA. Y eso nos lleva a una espiral tremenda
que va creciendo cada vez más, hasta que el final se convierte en una terrible guerra declarada.
La segunda es responder a la violencia CON LA VERDAD y con la integridad de vida
buscando el auxilio del Señor y así poder dar una respuesta convincente sin dar rienda suelta a
la agresividad que todos llevamos dentro.
La verdad es que para dominarse hace falta tener mucha fortaleza, y aunque pueda parecer
cobardía mantener una actitud pacifica frente al que nos agravia es mucho más difícil de realizar
que desfogarse dando paso a la rabia y el rencor.
Necesitamos siempre pedirle auxilio al Señor porque para nosotros, es siempre más fácil
dejarnos llevar por la indignación, la rabia, o el rencor
De hecho, la palabra manso en nuestra lengua castellana está desprestigiada y no tiene buena
fama, y se parece más a uno que es un bobalicón.
Pero manso es aquel que frente al agravio y la injusticia, y ante las cosas que están mal,
en vez de reaccionar del mismo modo y de ponerse al mismo nivel, tiene el valor de buscar el
auxilio del Señor y de reaccionar sin agitarse con serenidad, verdad y justicia, cómo reaccionó
Cristo en su pasión cuando le pegaron bofetadas, le coronaron de espinas, le calumniaron y
golpearon. Él entonces, mantuvo silencio y cuando habló ... ¿por qué lo hizo ?, fue únicamente
para decir " por qué me pegas". Y lo hizo, para hacer reflexionar al otro, para que pudiera ver
que estaba obrando mal.
¿Y nosotros ?, ¿qué hacemos cuando nos agravian ?...
Ante los insultos, las injusticias, ante la maldad del perverso, el egoísmo del malvado, la crueldad
del mentiroso, la falsedad del cínico, ¿nos revelamos ?, ¿nos revolvemos con furia ?....
¿O sabemos desde la mansedumbre, decirles :
" Mira, en eso, te estás equivocando. ¡ Pero desde luego yo no voy a entrar en la guerra que tú
quieres entrar conmigo ! "
El cristiano no es un hombre que busque la guerra o que quiera solucionar las cosas a golpes y
con la violencia. Los cristianos viven la justicia y son valientes, pero desde la más absoluta
serenidad y mansedumbre.
¡ Y esta es la virtud que mejor los identifica precisamente como cristianos !
¿Y tú ? ¿te comunica el Señor su Espíritu ? ¿cómo reaccionas cuando te agravian ?
¿ERES MAGNÁNIMO ?, ¿El Señor, ha ensanchado tu corazón y te hace ser humilde, manso,
y MAGNÁNIMO con todos ?....
Porque si te dejas llevar por la violencia, ¿a donde te conduce ?, ¿qué siembra en ti y los demás ?
La semilla que te deja es siempre de guerra, porque es semilla de egoísmo.
En cambio, Jesús, ¿qué siembra en tú corazón ?, ¿qué caracteriza a los cristianos ?....
¡ Ser mansos y magnánimos !
Porque un cristiano ¿qué sentido tiene de la justicia ?, ¿es igual a la que tiene el mundo ?
Desde luego, ofrecer la otra mejilla va contra la lógica del mundo, según la cual a una ofensa
se responde con una reacción igual y contraria.
En cambio, la justicia de Jesús, es totalmente distinta a la del “ojo por ojo, diente por diente”.
¿La vives ? ¿la conoces ?, ¿o como puedes conocerla mejor ?
La clave para interpretar mejor la justicia de Jesús, la dió San Pablo, al decir:
“ Nosotros somos como gente que no tiene nada, y sin embargo, lo poseemos todo”
Jesús pidió a sus amigos y discípulos que tuvieran una justicia superior a la que tenían los escribas
y fariseos. Porque quién se deja llevar por el espíritu del mundo, busca enriquecerse con las cosas
las riquezas, la vanidad, el poder, la ambición del dinero, ser importante. Y necesitan defenderse y
luchar para que no les roben sus riquezas.
¡ En cambio a los cristianos lo único que les importa es Jesucristo y lo demás, no les interesa !
Son dos posturas antagónicas, pues a los violentos, seguir a Jesús, también en esos momentos,
de ira, indignación y rabia, como que ... no les va, no les conviene, y lo tienen por "nada", alguien
irrelevante.
En cambio a los cristianos, les pasa lo contrario, piden ayuda, piden auxilio, y a Jesús lo tienen por
"el todo".
Unos acaban siendo violentos, irascibles ¡ y asesinos !, y otros con el auxilio divino, no fiándose de
ellos mismos, acaban siendo mansos y magnánimos.
Y aquí reside el secreto de la magnanimidad cristiana, que va siempre acompañada con la manse_
dumbre.
El cristiano ¡ es alguien que ama a Jesús ! y por eso, es una persona que ensancha su corazón
¡ con la magnanimidad de Dios !
Tiene el todo, que es Jesucristo y las demás cosas son la nada, es decir, no es que las desprecie,
porque son buenas y sirven, pero en el momento de la confrontación ¡ elige el todo ! que es Jesús.
Y para él, seguir a Jesús no es fácil, ¡¡ pero tampoco es difícil !! porque en el camino del amor
el Señor hace las cosas de modo tal, que nosotros podemos seguir adelante, ¡ porque es el Señor
mismo quién nos ensancha el corazón !
Cuando, en cambio, se tiende a seguir la nada, entonces no se tiene el corazón dilatado y surgen
los enfrentamientos en las familias, con los amigos y en la sociedad.
Incluso, se acaba en los enfrentamientos ¡¡ que terminan en la guerra !!, porque la nada, es semilla
de guerra, ¡¡ siempre !!, ¡ porque es semilla de egoísmo !
Todos necesitamos que el Señor, con su amor, ternura y bondad, ensanche nuestro corazón,
que nos auxilie, y nos haga humildes, mansos y magnánimos, ¡¡ porque nosotros lo tenemos todo
en Él !!
J. HIGUERAS. ( 2014 )
FRANCISCO I. ( 17 / 6 / 13 )
