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domingo, 31 de marzo de 2013

CAMINAR CON AMOR. Francisco I




DIOS NOS JUZGA AMÁNDONOS

Él sólo ama y salva.
Y los cristianos (como Jesús ) lo manifiestan tomando sobre sí la cruz.
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El amor, la misericordia, y el perdón, es la respuesta de Dios y de los cristianos al mal del mundo.
Y este amor se manifiesta AL TOMAR ( diariamente ) SOBRE SÍ LA CRUZ respondiendo al mal con el bien ( cada día ).
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¿ Como Dios ha respondido al mal del mundo?

La cruz de Jesús es la Palabra con la que Dios ha respondido al mal del mundo.
A veces nos parece que Dios NO RESPONDA al mal, que permanece en silencio.
En realidad Dios ha hablado, ha respondido, y su respuesta es la cruz de Cristo:
(Nos ha dejado) una Palabra que es amor, misericordia, perdón.
Y también juicio: Dios nos juzga amándonos.
Si acojo su amor, me salvo, si lo rechazo, me condeno.
No es que me condena Él, sino que me condeno yo mismo, porque Dios no condena, Él sólo ama y salva.
¿ Y cual es la respuesta de los cristianos al mal que continua a actuar en nosotros y entorno a nosotros?
También es la palabra de la Cruz.
Los cristianos debemos responder al mal con el bien tomando sobre nosotros la Cruz, como ( hizo ) Jesús,
continuando su Vía Crucis en la vida de todos los días CAMINAMOS juntos ( unidos a él, y en comunión ) 
por el sendero de la cruz, CAMINAMOS portando en nuestro corazón esta Palabra de amor y de perdón.
CAMINAMOS esperando la resurrección de Jesús, que nos ama tanto. ( Porque él ) es todo amor.

FRANCISCO I      ( 28 / 3 / 13 )

LA NOVEDAD DE DIOS. Francisco I




Cuando ocurre ALGO VERDADERAMENTE NUEVO respecto a lo de todos los días... nos quedamos perplejos, 
llenos de dudas, y nos preguntamos:
«¿Qué es lo que ocurre?», «¿qué sentido tiene todo esto?» (cf. Lc 24,4).
Nos quedamos parados, no lo entendemos, no sabemos cómo afrontarlo.
A menudo, LA NOVEDAD nos da miedo, también la novedad que Dios nos trae, la novedad que Dios nos pide.
Somos ... como los apóstoles del Evangelio:
Muchas veces PREFERIMOS MANTENER nuestras seguridades, PARARNOS ante una tumba, pensando en el difunto,
que en definitiva sólo vive en el recuerdo de la historia, como los grandes personajes del pasado.
En nuestra vida TENEMOS MIEDO de las sorpresas de Dios.
( Y resulta que ...) Él nos sorprende siempre.
¡ Dios es así !
(Por eso ...) ¡ No nos cerremos ... A LA NOVEDAD que Dios quiere traer A NUESTRAS VIDAS !
¿Estamos acaso con frecuencia cansados, decepcionados, tristes; ...sentimos el peso de nuestros pecados, ...
pensamos no lo podemos conseguir?
¡ No nos encerremos en nosotros mismos, ... no perdamos la confianza, ... nunca nos resignemos !
Si nos abrimos a él, ¡ NO HAY SITUACIONES QUE DIOS NO PUEDA CAMBIAR!, no hay pecado que no pueda perdonar!
LA NOVEDAD DE DIOS ... que ( hoy ) se presenta ante los ojos ... de todos nosotros, ES LA VICTORIA sobre el pecado, sobre el mal, sobre la muerte, SOBRE TODO LO QUE OPRIME LA VIDA, y le da un rostro menos humano.
Y este es un mensaje para mí, para ti, querida hermana y querido hermano.
Cuántas veces tenemos necesidad de que el Amor nos diga:
«¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo?»
Los problemas, las preocupaciones de la vida cotidiana, tienden a que nos encerremos en nosotros mismos,
en la tristeza, en la amargura..., y es ahí donde está la muerte.
¡ No busquemos ahí a Aquel que vive !
ACEPTA entonces ... QUE JESÚS RESUCITADO ENTRE EN TU VIDA, acógelo como amigo, ... con confianza:
¡Él es la vida!
Si hasta ahora has estado LEJOS DE ÉL, da un pequeño paso:
te acogerá con los brazos abiertos.
Si eres indiferente, acepta ARRIESGAR:
no quedarás decepcionado.
Si te parece DIFÍCIL SEGUIRLO, no tengas miedo, confía en él, TEN LA SEGURIDAD de que él está cerca de ti, 
está contigo, y te dará LA PAZ que buscas y LA FUERZA para vivir como él quiere.
El recuerdo constante del camino recorrido ... recordar lo que Dios ha hecho por mí, por nosotros, este " hacer memoria " es muy importante para nosotros... porque es así ... ( al hacer memoria del camino recorrido)
como superamos el temor y la perplejidad que nos produce la novedad de la resurrección de Jesús
cuando nos es anunciada y es este recuerdo el que nos abre el corazón de par en par a la esperanza para el futuro.
Por eso, aprendamos siempre... a hacer memoria ( recordar con gratitud ) ( de ) todo aquello que Dios
ha hecho en nuestras vidas.
Pidamos al Señor que nos haga partícipes de su resurrección:
–> Que nos abra a su NOVEDAD QUE TRANSFORMA, a las sorpresas de Dios, tan bellas;
–> que nos haga hombres y mujeres capaces de hacer memoria de lo que él hace en nuestra historia personal y la del mundo;
–> que nos haga capaces de sentirlo como el Viviente, vivo y actuando en medio de nosotros;
–> que nos enseñe cada día, queridos hermanos y hermanas, a no buscar entre los muertos a Aquel que vive. Amén.
FRANCISCO I   ( Vigilia Pascual; 30 / 3 / 13 )

Wilmer Quiceno y sus pajarillos.

Wilmer Quiceno:
Fotógrafo, natural de Colombia.
Sus fotografías son un alarde de naturalidad; gusta de fotografiar aves y todos aquellos animales que viven en  las Reservas Naturales de su País.


www.youtube.com/user/wilmerq123

http://www.flickr.com/photos/wilmerquiceno/8555551343/in/photostream/

sábado, 16 de marzo de 2013

EL CORAZÓN DEL PADRE.










Reflexiones sobre *La Parábola de Hijo Pródigo* de JEAN GALOT.

EL CORAZÓN DEL PADRE  
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Ésta es la conducta del Padre celestial.
No rehusa entregar a los hombres los bienes de la tierra CUANDO QUIEREN ABUSAR, ... ni los obliga a permanecer con Él en su amistad, o SI DESEAN SEPARARSE DE ELLA.
El Padre dota a los hombres DE SU LIBERTAD Y LA RESPETA PROFUNDAMENTE, porque desea por parte de ellos
un afecto y una adhesión que no sean de encargo.
Les deja la posibilidad de optar entre la amistad o la separación, esperando que, incluso si escogiesen
momentáneamente marcharse, al final volverán y le profesarán un amor espontáneo.
Su honor de Padre consiste en no estar rodeado de esclavos, sino de hijos que quieren permanecer con él libremente.
Es una gran prueba de su verdadero amor este respeto por la libertad humana.
Por nuestro bien, EL PADRE SE EXPONE VOLUNTARIAMENTE A UN RIESGO:
El riesgo de ser abandonado, despreciado en su amor y verse pospuesto por sus hijos a los deleznables placeres terrenos.
El hijo menor ( obrando egoistamente ) no deja de aprovechar la libertad y la fortuna que le habían sido concedidas.
En pocas palabras, CON UNA DESCRIPCIÓN RÁPIDA, CRISTO ESBOZA LA DEGRADACIÓN A QUE CONDUCE EL PECADO.
El joven había partido con una bolsa bien repleta, prometiéndose toda suerte de placeres...
La realidad le guarda muy pronto una cruel desilusión. SE VE CONDENADO A ACEPTAR UN OFICIO QUE PARA UN JUDÍO DEBÍA DE SER EL MÁS ABYECTO: EL DE GUARDAR CERDOS. Y llega a tal grado de miseria (y de soledad) que ansía comer el alimento de estos animales (pero ninguno se lo daba).
Así, el pecado no cumple las promesas con las que en un principio atrae, y en vez de colmar los deseos que ha atizado, no hace más que engañar su hambre y acentuarla.
Además, despoja de sus bienes al que se ha dejado seducir, LO ARRASTRA A UNA PROFUNDA ANGUSTIA,
engendra la vergüenza y el hastío. Cuando se había creído gustar la embriaguez de la libertad, se cae en una envilecedora esclavitud.
El hijo pródigo, en esta amarga experiencia, comienza a darse cuenta de la felicidad, de la libertad, y de la abundancia
que poseía en la casa de su padre, VENTAJAS QUE NO HABÍA ESTIMADO EN SU JUSTO VALOR hasta el momento presente.
" Cuantos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, ... Y YO AQUÍ ME ESTOY MURIENDO DE HAMBRE "
En esta comprobación ... ¡ qué elogio encontramos del BIENESTAR ESPIRITUAL que el Padre prodiga A LOS QUE PERMANECEN JUNTO A ÉL !
Es el bienestar de aquellos que viven en su amistad y en una abundancia que satisface al alma.
NADIE MEJOR QUE LOS SANTOS PUEDEN ATESTIGUAR ESTA ABUNDANCIA DE GRACIAS Y FAVORES
que mantienen al alma en disposiciones de paz y gozo gratificantes.
Este es EL DRAMA INTERIOR AFECTIVO DE TANTOS HOMBRES DE ESTE MUNDO que han experimentado
lo triste, vacío y degradante que es el pecado comparado a la satisfacción que tiene el corazón cuando se vive en armonía con el Padre.
PERO TODAVÍA QUEDA LA VALENTÍA DE VOLVER, decidirse a dar el paso decisivo.
El hijo menor, comprende que al haberlo perdido todo, no le queda más que OFRECER SU HUMILDAD
y eso es lo que se propone presentar a su Padre.
" YA NO SOY DIGNO de llamarme hijo tuyo, trátame cómo a uno de tus jornaleros ".
Su camino de RETORNO debió de estar JALONADO DE INCERTIDUMBRE.
¿ Qué recibimiento le iban a hacer ? 
Si hubiéramos tenido que acabar nosotros la narración comenzada por Cristo, e imaginar el desenlace de la parábola,
seguramente lo habríamos descrito de distinta manera.
El padre habría podido recibir a su hijo pequeño con benevolencia, ... PERO haciéndole comprender, a la vez, la pena que le había producido su conducta.
Es decir, para que no pudiera olvidar la lección recibida y no se sintiera tentado de volver a las andadas ...
el padre habría podido DIFERIR SU PERDÓN DEFINITIVO, tener al hijo algún tiempo en casa a su servicio
ANTES DE DEVOLVERLE todos sus privilegios de hijo.
Así el hijo habría dado pruebas de que su arrepentimiento era sincero y se habría ganado el perdón
DEMOSTRANDO QUE ERA UN BUEN HIJO.
En cambio, EL DESENLACE QUE CRISTO PONE ante nuestros ojos (es muy distinto y) SOBREPASA TODO LO IMAGINABLE.
En lugar de esperar que su hijo venga a él para pedirle perdón por la ofensa cometida, ES EL PADRE
QUIEN CORRE A SU ENCUENTRO, completamente conmovido de la miseria de su hijo.
Cuando su hijo pequeño pronuncia la frase que había preparado de antemano ... lo interrumpe
y no precisamente para hacerle reproches... (lo hace) para que no se prolongue en su hijo el recuerdo de un pasado que lo avergüenza; y antes de que acabe de llamarse indigno... él quiere rehabilitarlo en su dignidad y ordena que le traigan el mejor vestido, el anillo y el calzado que caracterizaban a los dueños de una casa.
Le restituye al momento sus privilegios de hijo.
Pero por si esto fuera poco ( TODAVÍA NO ES BASTANTE ), organiza un festín de lo más solemne.
Y si en los banquetes ordinarios se contentaban con un cabrito o un cordero aquí le hace inmolar el ternero cebado.
El Padre está radiante de gozo " porque mi hijo ESTABA MUERTO y ha vuelto a la vida, ESTABA PERDIDO
(desorientado) y ha sido encontrado".
Cristo nos mostró que el Padre es puro Amor, es un corazón lleno de bondad.
Y que esta parábola se cumple cada vez que un pecador (toca fondo) y se arrepiente de sus culpas.
Y que no hay que tener miedo de regresar al Padre, pues él ... aguarda con impaciencia el instante de nuestro arrepentimiento.
Se prohíbe A SÍ MISMO forzar la puerta de nuestro corazón; Pero cuando un corazón se le abre libremente con buena disposición se apresura a penetrar en él, a abrazarlo, movido por su inmenso cariño.
Hace desaparecer la angustia, la vergüenza producidas por el pecado, no impone un tiempo de prueba
para que demostremos nuestra sinceridad y fidelidad... su perdón es total y definitivo y no tiene ningún deseo de volver
sobre los hechos del pasado ni insistir o refrescar lo que nos avergüenza.
El Padre es el primero EN QUERER ENTERRAR PARA SIEMPRE el recuerdo de las faltas que perdona:
Esas faltas están verdaderamente borradas.
Sería una sinrazón representar al Padre celestial CÓMO SI TUVIESE EN DEPÓSITO TODOS LOS PECADOS
QUE HEMOS COMETIDO EN NUESTRA VIDA para hacernos ver su horror en el momento que comparezcamos ante él
a la hora de la muerte (con un mínimo de humildad, gratitud y amor hacia él ). 
Si así fuera, su amor, su perdón... no sería completo.
Si el Padre ha querido suprimir toda la angustia y vergüenza de nuestros pecados ... NO SERÁ ÉL QUIEN QUIERA REAVIVARLOS.
Las ofensas que ya hemos lamentado y cuyo perdón hemos suplicado, están definitivamente perdidas
en el abismo de su corazón paternal. (Y esto no significa que no exista un juicio después de la muerte)
Un último detalle.
Reflexionar sobre el cuadro de júbilo del Padre, ese gozo paterno tan profundo que tiene al recobrar vivo a su hijo muerto, ... y la maravilla que supone comunicarle también esta alegría a su hijo dentro de su corazón...
resulta de lo más impresionante.
¿ No es un privilegio asombroso el que se le ha concedido al pecador arrepentido:
(es decir), poder causar al Padre celestial este gozo tan intenso ?
Cuanto más grande había sido sentida su ofensa por el Padre, tanto más desbordante se hace la dicha
que entraña su retorno.
( Y no sólo el Padre se alegra, el cielo entero se regocija)  

JEAN GALOT
" El corazón del Padre " (1995)
( pp 130ss )


viernes, 15 de marzo de 2013

Un SI a Dios y un deseo ....




CADA REZO DEL ÁNGELUS ...
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Recuerdas no sólo aquel "SI" oculto, humilde, que le hizo un día María ... a Dios
también recuerdas ese "SI" que tu ( y cada bautizado ) le das A DIOS, a su Palabra,
a sus promesas... cada día, ...
Es un "si" humilde, oculto, hecho en lo secreto de tu casa, de tu habitación, de tu corazón, ...
y que pasa desapercibido a los ojos del mundo, ... pero que no por eso deja de ser decisivo 
para la historia de la humanidad.
Cuando la Virgen dijo su "sí" AL ANUNCIO del ángel, JESÚS FUE CONCEBIDO...
y con él comenzó la nueva era de la historia, que se sellaría después en la Pascua
como "nueva y eterna alianza".
CRISTO MISMO ENTRÓ EN EL MUNDO cómo dice el Salmo 39: 
"He aquí que vengo para hacer, oh Dios, tu voluntad" (Hb 10, 7)
Y gracias al encuentro de estos dos, si ( el de la madre y el del hijo ),
DIOS PUDO ASUMIR UN ROSTRO DE HOMBRE.
"Señor; HÁGASE EN MI según tu palabra"... Esta es la respuesta de María ...
y de toda la Iglesia, llamada a manifestar a Cristo en la historia, 
OFRECIENDO SU DISPONIBILIDAD para que Dios pueda seguir visitando a la humanidad
con su misericordia.
De este modo, el "sí" de Jesús y de María se renueva en el "sí" DE LOS SANTOS.
Todos (con su "si" a Dios) testimonian que el amor de Cristo, es más fuerte
que la violencia y el odio
Que la Iglesia, fiel a su misión, dé al mundo entero siempre
ese TESTIMONIO valiente del amor de Dios.
BENEDICTO XVI   ( Marzo 2007 )

jueves, 14 de marzo de 2013

LAS ENDORFINAS. Productoras del bienestar y felicidad.

Seis maneras de estimular LAS ENDORFINAS, y que son:
Pulsar en el enlace..

http://www.unavidalucida.com.ar/2010/10/endorfinas-la-medicina-interior.html

martes, 12 de marzo de 2013

PALABRA DE DIOS EN NOSOTRAS.


PALABRA DE DIOS EN NOSOTRAS
MARÍA TERESA SÁNCHEZ CARMONA, teresa_sc@hotmail.com
SEVILLA.

ECLESALIA, 08/03/13.- “Espíritu de Dios en nosotras, derriba los muros antiguos, construye una nueva creación, levanta la ciudad de Dios”, (Ain Karem, ‘Ruah’, CD Alégrate, 2004).

“Escucha hijo mío: atiende a mis palabras y hazlas tuyas […] No las pierdas de vista y consérvalas en tu corazón, porque de él brota la vida” (Prov.4). Quiero hablarte desde este corazón donde siempre he guardado todas las cosas (Lc.2,19), pues sé por experiencia que en lo secreto, en la intimidad de esa habitación propia, es donde mejor se escucha la Palabra que seduce y enamora (“la voy a seducir, la llevaré al desierto y le hablaré al corazón”, Os. 2,14).

Óyeme hijo; “oídme, descendientes de Jacob […] Yo he cargado con vosotros desde antes que nacierais. Os he llevado en brazos y seguiré siendo la misma cuando seáis viejos” (Is.46). Pero vosotros, hombres célibes y casados, hijos todos nacidos de mujer: habéis roto el pacto de la carne y la sangre, habéis olvidado la alianza de amor que os ofrecimos por pura gracia. Durante siglos nos habéis repudiado y expulsado de la vida espiritual; habéis demonizado la sabiduría y la riqueza de nuestro sexo, queriendo reducirnos al rol de vírgenes incorpóreas o de prostitutas y brujas mistéricas (místicas e histéricas), perseguidas y condenadas a la hoguera. Y eso a pesar de que “cuando Israel era niño yo lo amé […]. Fui yo quien le enseñó a caminar, quien lo tomaba de la mano. Pero él no quiso reconocer que era yo quien lo cuidaba” (Os.11,1-4).

Si hoy eres un hombre capaz de ternura, si sabes acoger a otros como un padre al hijo pródigo o un samaritano al herido, es porque antes yo te di ese mismo cariño: el de la madre al hijo de sus entrañas (Sal.139,13), el de las parteras que te aguardaban (Sifrá y Puá: Ex.1,15-22) y las mujeres que –antes de conocerte– te daban la bienvenida al mundo con infinito entusiasmo (“cuando Isabel oyó el saludo de María […] exclamó a gritos: «Bendita tú entre las mujeres y bendito tu hijo», Lc.1,41-42). Piensa que si sabemos amar es porque alguien nos amó primero (1Jn.4,19). Y no te hablo ya de un amor espiritual, sino de ese otro que se teje con caricias y gestos concretos.

Si te haces cargo de la fragilidad humana y sabes que nada puedes tú solo; si valoras la comunidad como espacio de acompañamiento y cuidado mutuo, es porque alguien te amó y cuidó de ti cuando eras un niño indefenso: una madre que supo arroparte entre sus brazos para darte cobijo; una mujer que te ofreció la seguridad de su amor verdadero (“como el niño que no sabe dormirse sin cogerse a la mano de su madre, así mi corazón viene a ponerse sobre tus manos al caer la tarde” Liturgia de las horas). Si hoy saboreas las mieles del amor es porque yo te amamanté con la leche dulce de mis pechos (por eso puedes soñar con “la tierra que mana leche y miel”, Ex.33,3). Si disfrutas el sabor del pan ácimo y el vino, la carne y las tortas de pasas, las manzanas y toda clase de frutas, es porque te alimenté desde que estabas en mi vientre. Y después he cocinado cada día para verte crecer fuerte y sano, hasta ser el hombre que hoy eres (ése que adora mis pucheros y es capaz de renunciar a todo por un plato de lentejas).

Has aprendido a hablar, pero has olvidado que fui yo quien te dio un nombre, quien escuchó tus primeros balbuceos, quien te susurraba palabras de ternura y te contaba cuentos, y cantaba en la noche hasta verte dormido. Has llegado a comprender que todos llevamos dentro una ruah, un soplo divino que nos renueva y purifica. Pero has olvidado que fui yo quien compartió contigo esa primera bocanada de aire fresco, pulmón a pulmón, latido a latido. Y seguí dándote mi aliento hasta comprobar que lo habías hecho tuyo y podrías seguir viviendo sin mí. Entonces yo misma corté el cordón que nos unía para darte libertad. Convencida –eso sí– de que algo mío permanecerá siempre en ti, y tú en mi corazón para toda la vida (“No temas, que yo te he liberado; yo te llamé por tu nombre […] te aprecio, eres de gran valor y te amo. No tengas miedo, pues yo estoy contigo”, Is.43).

Aprendiste a caminar y a danzar con la gracia de David ante el Arca. ¿Quieres hacerme creer que lo lograste solo, que el único modelo que te ofrecimos fue el de “la perversa Salomé”? Recuerda que desde antiguo las mujeres nos hemos encargado de preservar las tradiciones, los bailes, la cultura. Que tras pasar el Mar Rojo “María, la profetisa, hermana de Aarón tomó en sus manos un tamboril y todas las mujeres la seguían con tamboriles y danzando. Y María entonaba: Cantad al Señor, espléndida es su gloria” (Ex.15,20). Así se hace desde tiempos remotos en las celebraciones rituales, que las mujeres presidían por ser las chamanas, sabias, curanderas y mediadoras de lo sagrado en la tribu. Lógico considerando que en nuestra carne se gesta el milagro de una nueva vida. Lógico, pues las celebraciones suelen corresponder a los ciclos de la agricultura y el calendario lunar (su influjo en las mareas y la menstruación femenina). Lógico, pues “lo divino” se relacionaba con la fertilidad de la mujer y la tierra. Ya has oído hablar de las diosas blancas y las civilizaciones matriarcales. Haz memoria, hijo, desempolva ese saber que has escondido porque te desestabiliza y te da miedo.

El mismo miedo que durante siglos te ha hecho recurrir a la violencia. La sangre que tú has derramado procede del sacrificio de enemigos y animales, de matanzas y cruentas batallas provocadas por tu sed de poder y conquista. Acaso pensabas que así te encontrarías a ti mismo. La sangre que yo vierto –y que a tus ojos me hace impura– procede sólo de mí misma: a nadie duele, a nadie extermina. Al contrario, es la sangre que irriga tus venas y que vierto en cada regla como un torrente de agua viva y promesa de fertilidad. “¡Fuente de los jardines – dice el Cantar de los Cantares – pozo de aguas vivas que fluyen del Líbano!” (4,14). Te asusta lo que no entiendes, ¡incluso nuestra risa de mujeres libres! (Gn.18,12) sin darte cuenta que el humor es también amor, y que de ella nacen hombres fuertes y libres como Isaac, como tú mismo.

Pobre hijo mío… tan frágil que has endurecido el corazón para que no te duela. Pero no debes temer: la acción de Dios–en–nosotras es una hermosa Historia de Amor. Somos mujeres fuertes que hemos permanecido fieles en la adversidad: velando por la unidad del pueblo y su justicia (Judit y Ester); sirviendo a Dios con dedicación callada (Ana: Lc.2,36-38); atendiendo a otros con la generosidad y hospitalidad de un corazón entregado (Lidia: Hch.16; Marta: Lc.10, la viuda pobre: Lc.21, la mujer del perfume: Lc.7). Matriarcas como Tamar (Gn.38 y Mt.1,5), Rahab (Jos.2,1), Rut y Betsabé (Mt. 1,5-6); mujeres con iniciativa (la samaritana: Jn.4; la hemorroísa: Mc.5; las Marías que van al sepulcro: Mt.28), que se han puesto en pie (Mc.1,29 y Lc.13,10). Mujeres que han entregado su vida con un “hágase” decidido (María: Lc.1,38) y cuidan unas de otras, tendiendo lazos de sororidad cómplice y afectiva (la de Rut y Noemí, de Isabel y María, la de tantas mujeres anónimas que nunca sabremos quiénes eran ni qué hacían).

Toda la Historia –sagrada y cotidiana– pasa por cada una de ellas, por todas nosotras. Mujeres de manos curtidas capaces de ofrecer la caricia más suave; mujeres fuertes que han sacado adelante pueblos y familias; mujeres que han parido hijos y enterrado a sus maridos. En la sombra y silenciadas, han seguido su tarea por fidelidad al propio llamado: sin alzar la voz ni imponerse por la fuerza, sino a través de la escucha, el trabajo y la entrega. No han tenido reconocimientos ni han hecho alarde de poder con ostentosos ritos, pues el suyo es un lenguaje de amor callado y efectivo, de palabras luminosas y gestos serenos, de tesón y esfuerzo cuya recompensa ha sido ver la abundante Vida que han sembrado en el camino. Instrumentos de paz, profetas en lo cotidiano, mujeres sensibles al Espíritu que mora en ellas, encarnado.

Ojalá recibas luz para entender la acción de Dios–en–nosotras, hijo, y consigas vernos al fin de otra manera. Porque aunque te hiera el orgullo, debo recordarte que no soy yo quien viene de tu costilla sino que eres tú el que salió de mi útero. Y pues tanto te miras el ombligo, piensa por añadidura que al separarte de mí fue cuando perdiste la cordura. En nombre de todas las mujeres, tu Madre que te quiere.

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).  http://eclesalia.wordpress.com/

Y VOSOTROS, ¿QUIENES DECÍS QUE SOIS?


SSN: 1579-6345
ecleSALia 12 de marzo de 2013
"PREMIO ALANDAR 2011"
 
 
Y VOSOTROS, ¿QUIÉNES DECÍS QUE SOIS?
MARÍA TERESA SÁNCHEZ CARMONA, teresa_sc@hotmail.com
SEVILLA.

ECLESALIA, 12/03/13.- «Iglesia» [del griego κκλησία; del latín ecclesia] significa “convocación”. Dios convoca a su Pueblo desde todos los confines de la tierra.
Místicos, ascetas y ermitaños, sacerdotes con sotana, religiosas de vida activa, curas obreros de barriadas que luchan por la solidaridad y la justicia. Misioneros de los cinco continentes, monjas y monjes que en su clausura escuchan el clamor del mundo y sin cesar oran por ello. Pobres y ricos que en todos los países hallan el mismo consuelo al escuchar las Bienaventuranzas; trabajadores del Reino ya sea en su casa y su barrio o en lugares que jamás pensaron visitar un día. Voluntarios en Haití, el Congo y la India, médicos que en África ofrecen unos brazos donde se acurrucan para morir tantos niños y niñas desnutridos, hijos del hambre y la miseria.
Están los que en el primer mundo conciencian para erradicar la pobreza. Los que hacen brotar sonrisas en basureros, guetos y favelas; los defensores de derechos humanos que anhelan abrir caminos para la paz ya sea en campos de refugiados o en mitad del desierto, en las grandes ciudades, los más altos cerros o en lo profundo de la selva. Quienes abogan en favor de la causa indígena, los que condenan la esclavitud y la explotación tercermundista; creyentes también los presos hacinados en cárceles de condiciones insalubres (ésos que esperan la libertad, ésos que no han de alcanzarla, ésos que aguardan su final en el corredor de la muerte). Hay gente que participa en cursillos prematrimoniales y gente que atiende a mujeres víctimas de violación y maltrato. Los que se dedican a la enseñanza y dan clase en universidades, escuelitas, centros privados.
Quienes trabajan con emigrantes y esperan a pie de playa la llegada de pateras (unas alcanzan su destino, otras jamás llegan a la costa y dejan tras de sí un rastro de sueños ahogados, una familia que aguarda noticias, papeles mojados). Los que trabajan con menores (niños soldado en Sierra Leona, niños de la calle que esnifan cola, obligados a trabajar y explotados, víctimas de vejaciones, alcohol, drogas); los que asisten a refugiados políticos, presos de guerra, enfermos de sida, moribundos, mujeres prostituidas. Están los que se involucran en ONG’s y hacen proyectos para construir escuelas, pozos y hospitales; recogen ropa, alimentos y medicinas, juguetes y libros, gestionan becas de estudio y operaciones médicas. Están los que adoptan, los que apadrinan, los que no tienen dinero pero dan amor a manos llenas, los que acogen el dolor de viudas y madres que pierden a maridos e hijos en absurdas guerras.
Hay creyentes de procesión e incienso, los que leen vidas de santos y los que el mes de mayo llevan flores a María. Unos escriben encíclicas, otros no saben qué es eso; están los supersticiosos que piden a San Antonio un novio o encontrar algún objeto; y los que en las bodas siempre leen 1Corintios13. Estudiosos de la ley, teólogos de la liberación y teólogas que reivindican la igualdad de la mujer dentro y fuera de la Iglesia. Laicos y laicas, comprometidos y alejados cuyas obras –sin pretenderlo– son rito y testimonio de un Dios que ama y acoge, perdona y sana. Gente de misa diaria, gente de fin de semana, de “comunión-boda-y-bautizo”. Los de “en la orilla he dejado mi barca”, del “J.C.” de Mecano, de música sacra, misa góspel, canto gregoriano.
Gente de ermita y de romería, nazarenos y costaleros, hermanos de cofradías. Los fervorosos, los del “quiero y no puedo” creer, los Manuel Bueno Mártir que pierden la fe y viven con el alma en eterna noche oscura. De rosario y letanías, Liturgia de las horas y oración establecida; los que toman “de acá y allá” y rezan según el espíritu inspira. Los habituales de Ejercicios y quienes no han hecho en su vida. Los que dan consuelo en hospitales y tanatorios. Quienes velan por los ancianos y les dan amor en sus últimos días; los de comedores sociales, quienes enfrentan la violencia y asesinatos de lugares como Ciudad Juárez. Los que ofrecen su trabajo para que la sociedad progrese. Familias numerosas, pequeñas familias; solteros y casados; creyentes “free-lance” y miembros de comunidades: los se reúnen abiertamente, quienes lo hacen a escondidas porque son perseguidos a causa de su fe (en países que no la aceptan) o por su orientación sexual, su identidad y su opción de vida incluso dentro de la Iglesia: divorciados, travestis, homosexuales que no dejan que ciertas críticas les separen de un Dios que –saben– les ama infinitamente.
Madres y padres que dan catequesis y enseñan a rezar a sus hijos. Gente que cree pese a la oposición de su familia. Abuelas que llevan en su parroquia toda la vida. Amanuenses, copistas, dibujantes de miniaturas, escritores y artistas portavoces de la causa de Jesús. Gente de Cáritas y personas que han perdido cuanto tenían. “Sin techo” que en el bolsillo llevan una estampita, y espontáneos que van a su encuentro y lo hacen “no por Dios sino porque me sale de dentro”. Los que participan en macro-reuniones con el Papa y quienes no pueden ni verlo… pero encuentran en Jesús un modelo de vida coherente. Acompañantes espirituales. Curas que hacen soñar y curas que dan sueño.
Santos en altares, gente de pueblo que no piensa en santidad pero le da un vuelco el corazón si ven a alguien que sufre. Los que twittean mensajes de Dios-2.0. y quienes dan buenas noticias sin notar que también eso es Evangelio. Los que están tristes y aguardan, los que están enfermos y confían, los que tienen más amor que esperanza y más esperanza que fe, los del “algo debe haber” y los que creen a pies juntillas. Quienes se visten “de domingo” y van a imponentes iglesias, y los que celebran a campo abierto bajo un techo de caña o un cielo estrellado. Están los que al rezar el Credo callan algunas partes porque no lo ven claro, y los que viven convencidos de que ese trozo de pan es Jesús-Eucaristía. Hay censores y hay censurados que al plantear su lectura de la Biblia dejan a un lado lo divino… y se centran en lo humano.
Están los que viven relajadamente su fe y los que se agobian con los “mandatos” de un Dios-Juez; quienes se sienten “hijos”, “peregrinos”, “legionarios”. Los que se mortifican, los que (se) abandonan, los anawim, bufones de Dios, gusanitos de Jacob. Viejitas que se reúnen para rezar juntas el breviario y jóvenes que les da sueño sólo de pensarlo. Hay monjas con velo y religiosas en vaqueros; niños que son niños y niños-marineros. Hay cristianos del pesebre y cristianos del madero, los “más papistas que el Papa” y los devotos de la Guadalupana. Hay creyentes pasotas, “sui generis”, de ayuno y voto de silencio, y otros que están tan hartos ya de algunos planteamientos que no dejan de alzar la voz para renovar la Iglesia desde dentro.
TODOS son Iglesia: los de infinitas dudas, los que lo tienen claro, los que han encontrado su sitio, los que siguen buscando, quienes aprenden de la vida y quienes van a seminarios, los que creen a su manera y los sin fe… que siguen esperando. Gente muy normalita con sus circunstancias, su idioma, su cultura, su vida... Iglesia que todo comprende (o debería), en la que todos tienen cabida. Piensen lo que piensen algunos, digan lo que digan, TODOS somos Iglesia: la de errores garrafales, la que nos duele y anima con un mismo Espíritu. Pueblo de Dios y pan de cada día, esta Iglesia nuestra: reunión de hermanos y familia tan extensa que…¡ah sí!... también al Vaticano da cabida. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

 

domingo, 3 de marzo de 2013

Los tres leones. Cuento




Los tres leones

Tres leones En la selva vivían 3 leones. Un día el mono, el representante electo por los animales, convocó a una reunión para pedirles una toma de decisión: -

"Todos nosotros sabemos que el león es el rey de los animales, pero existe una gran duda en la selva: 

Hay 3 leones y los 3 son muy fuertes" "¿A cuál de ellos debemos rendir obediencia? ¿Cuál de ellos deberá ser nuestro Rey?"

Los leones supieron de la reunión y comentaron entre sí:
-" Es verdad, la preocupación de los animales tiene mucho sentido. Una selva no puede tener 3 reyes. Nosotros no queremos luchar entre nosotros ya que somos muy amigos... Necesitamos saber cuál será el elegido, pero... ¡Cómo descubrirlo?"

Otra vez los animales se reunieron y después de mucho deliberar, llegaron a una decisión y se la comunicaron a los 3 leones:
- "Encontramos una solución muy simple para el problema, y decidimos que Uds. 3 van a escalar la Montaña Difícil. El que llegue primero a la cima será consagrado nuestro Rey".
La Montaña Difícil era la más alta de toda la selva. El desafío fue aceptado y todos los animales se reunieron para asistir la gran escalada.

El primer león intentó escalar y no pudo llegar. El segundo empezó con todas ganas, pero también fue derrotado. El tercer león tampoco lo pudo conseguir y bajó derrotado.
Los animales estaban impacientes y curiosos; si los 3 fueron derrotados, ¿Cómo elegirían un rey? En ese momento, un águila grande en edad y en sabiduría, pidió la palabra:

-"Yo sé quién debe ser el rey!".
Todos los animales hicieron silencio y la miraron con gran expectativa. -" ¿Cómo?", preguntaron todos...
- "Es simple..." dijo el águila. Yo estaba volando bien cerca de ellos y cuando volvían derrotados en su escalada por la Montaña Difícil escuché lo que cada uno dijo a la Montaña:
El primer león dijo: - "¡Montaña, me has vencido!". El segundo león dijo: - ¡"¡Montaña, me has vencido!". El tercer león dijo: - ¡Montaña, me has vencido, por ahora...! Porque ya llegaste a tu tamaño final y yo todavía estoy creciendo".
La diferencia, completó el águila, es que el tercer león tuvo una actitud de vencedor cuando sintió la derrota en aquel momento, pero no desistió y para quien piensa así, su propio ser es más grande que su problema: 

Él es el rey de sí mismo, y está preparado para ser rey de los demás. 
Los animales aplaudieron entusiásticamente al tercer león, que fue coronado El Rey de los Animales.

Moraleja: No tiene mucha importancia el tamaño de las dificultades o problemas que tengas. Tus problemas, al menos la mayoría de las veces, ya llegaron al nivel máximo, pero no tú. Todavía estás creciendo y eres más grande que todos tus problemas juntos. Todavía no llegaste al límite de tu potencial y de tu excelencia.

La Montaña de las dificultades tiene un tamaño fijo, limitado.

¿Y tu ... con cual león te identificas?

EL DOLOR TRANSFORMA.



El dolor no deforma, transforma

Valió sufrir dolores de parto, cuando al final se sostiene entre las manos una nueva vida que el existir de la Madre ha transformado…

Y el dolor que se experimenta en las pequeñas caídas, cuando se dan los primeros pasos, se convierte en triunfo, al lograr afianzar el caminar, luego poder correr, y quizás hasta en sueños volar…

Un error asumido con madurez, puede en un principio doler; pero al superarlo, el alma se logra fortalecer; y más valiente se hace el ser humano, ante cualquier reto que se le presente o ante los diferentes momentos que en su vida pueda tener…

Los padres que tienen un hijo especial, desde un primer momento, es tan grande el dolor que pueden llegar a pensar, que se sienten frustrados y no lo podrán superar; pero con el tiempo y asumido , se llegará a convertir en el más grande amor, y les enseñará a descubrir lo que realmente en la vida tiene valor…

El perder un ser querido, deja el corazón destruido… hasta que esta tristeza que deja el vacío, nos enseña a valorar a quienes a nuestro lado han quedado, y que también son seres amados…

Si llegas a sentir hambre, aprender a valorar el pan que comes cada día… Si superas una enfermedad, vives más intensamente la vida; si pierdes un amor, por un error; te esfuerzas por dar de ahora en adelante, de ti lo mejor…

Así es el dolor, te hace fuerte, transforma el corazón…

Es necesario asumir el dolor, porque así, aunque sea demasiado fuerte ese dolor, no te detiene, te enseña a ver el mundo con otros ojos, y te ayuda a vivir mucho mejor…

Si careces de algo, valoras más lo que tienes…

Si sufres por alguien, llegas a amarlo más…

Si escoges el camino difícil, te haces más fuerte, Si experimentas de cerca la muerte, aprendes a amar más la vida…

Si caes, adquieres destreza en levantarte…

El dolor no deforma, sino que transforma…

Hay quienes se quejan del dolor y el sufrimiento; y otros que se van al extremo, les gusta ser masoquistas y quedarse en ello…

El dolor no es un castigo, tampoco un estilo de vida; no se trata de renunciar a vivir, ni de estancarse en él, para decir que se ha de sufrir…

El dolor es un verbo más que se conjuga en el ser humano, pero que debe ser asumido en paz, enfrentarlo como un reto o como ese peldaño, que al superarlo, te hace fuerte, te enseña a valorar lo que tienes, te asemeja a Aquel que por amor, su vida entregó e hizo del dolor, Redención…

El dolor no deforma, transforma… es una gran verdad… y eso lo sustentan, quienes al sufrir, sienten que han crecido y se han fortalecido aún más… aquello que alguna vez te hace sufrir, al superarlo, te hará feliz de verdad; te enseñará a ver la vida con nuevos ojos, y podrás experimentar en tu corazón una gran paz, que se hará presente en cualquier momento que vivas, ya sea al reír o al llorar…

Todo esto define, esa gran verdad; el dolor no deforma, transforma…


Marisa Laín Zaragoza