Hay un lugar del corazón
en donde todo está en calma.
Hay un lugar del corazón,
donde solo existe la paz.
Hay un lugar del corazón,
en el que el equilibrio
abre la llave a la esperanza,
en donde lo cálido
deshace temores y desesperanzas.
Hay un lugar del corazón,
en el que fuertemente atesoramos
felices y gratos recuerdos,
más, cálidos sentimientos,
que todos vivimos,
en algún momento,
en algún lugar.
Hay días vivos y días tibios,
días alegres y otros sombríos,
días valientes y también tímidos,
días terribles o mas bien terroríficos,
horas en que lo construido
se derrumba al vacío,
sucesos de temblor,
momentos de dolor
que buscan equilibrio,
transparencia y verdad,
afirmación de entidad,
felicidad y bondad,
deseo de ser escuchado
para ser calmado.
Hay un lugar del corazón,
en donde todo está en calma,
donde la luz del amor,
nos envuelve, integra,
humaniza y hermana.
Hay días de esplendor,
en los que lo infinito del Creador
conecta con tu alma.
Hay un lugar del corazón,
que muchos quisieran y pueden encontrar.
Hay un lugar del corazón,
en el que se aloja y haya la paz.
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