A veces, muchas veces, pensamos o creemos, que el planeta Tierra nos pertenece por completo, que somos sus únicos dueños, sus únicos amos...
Ilusos que somos... A veces, muchas veces, nos olvidamos que solo estamos de paso, que solo somos un suspiro en la inmensidad...
Si tomáramos conciencia de ello, entenderíamos, que hasta por puro egoísmo, debemos aprender a repartir mejor este planeta para que todos tengamos sitio y para que los recursos, que sostienen a toda la vida conocida en el Universo, no se despilfarren por unos pocos y alcancen para todos...
Estamos de tránsito, de aquí, en unos años, nos iremos todos y vendrán otros... 40.000 generaciones de humanos estuvieron antes que nosotros y de muy pocas quedan algunas pocas huellas...
Solo eso queda y también el daño que infligimos a otros... Ese pasa de generación en generación...
El daño que hagamos, lo heredarán nuestros hijos, sus hijos y los hijos de ellos...
Santiago Hernández
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