¿TÚ ... A QUIÉN REZAS ? y ¿ CÓMO ORAS ?. Francisco I

¿ TÚ ... A QUIÉN REZAS ?
y ¿ CÓMO ORAS ?
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No hay necesidad de emplear tantas palabras para rezar:
El Señor sabe lo que queremos decirle.

No hay necesidad de hacer ruido ... ni creer ...
que es mejor derrochar muchas palabras.

No hay necesidad de recurrir al alboroto
de la mundanidad, ni de la vanidad ...

Lo importante es que la primera palabra de nuestra oración
sea ... « ¡ Padre ! »

Porque Él ( nos lo confirmó Jesús ) ya sabe lo que necesitamos,
antes incluso de que se lo pidamos.

Esta es la clave de la oración.

No se puede rezar ... sin decir, sin sentir, esta palabra ...
« ¡ Padre ! »

Pero vamos a ver ... Tú cuando rezas ... ¿ a quién rezas ?

¿ Al Dios omnipotente ? Está demasiado lejos. Esto yo no lo siento. 

Jesús tampoco lo sentía.

Entonces ... ¿ A quién rezas ? ¿ A un Dios cósmico ?
¿ A un ser politeísta ?

Es necesario, «orar al Padre», a Aquél que nos ha generado.
¡¡¡ Y no sólo !!! Es necesario rezar a nuestro Padre,

es decir, no al Padre de un «todos» genérico
o demasiado anónimo, ... sino a Aquél que te ha generado, 

que te ha dado la vida, ... a ti, ... a mí,
como persona individual.

Al Padre ... que te acompaña siempre en tu camino, ¿ no te das cuenta ?
que conoce toda tu vida, toda...

¿ Y tú te dirijes a él ... con esa confianza total ...
que tiene un niño con su papá ?

¿ Te fías de él ? ... ¿ Sientes que está junto a ti ?
¿ Te sientes amado por tu Padre ?

Aunque despilfarrases su herencia... Él jamás podría arrojarte de su corazón
¿ No lo sabias ? ¿ No te das cuenta ? ( ¿ Y aún así, no te sientes amado/a ? )

Hazme caso! Confíale todas tus preocupaciones, porque él conoce

todas tus necesidades, te está cercano y te abraza.

Y como no eres un hijo único, y tienes muchos hermanos,
preocúpate también por ellos.

Pero vamos a ver  .... ¿ A tu Padre le pides perdón de tus culpas ...
y no perdonas las de tus hermanos contigo ?

¡ Vive en paz con tus hermanos ! ... para que puedas decirle a Dios
con la total confianza de un niño y desde lo profundo de tú corazón :

¡ Padre ! ¡ Abba !

FRANCISCO I    ( 20 / 6 / 13 )