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lunes, 18 de noviembre de 2013

SE BUSCAN SANTOS. Benedicto XVI





SE BUSCAN  SANTOS
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En la Iglesia no existe el paro y todos vienen contratados, porque LA JUSTIFICACIÓN DE MUCHOS
DEPENDE DE LA SANTIDAD DE UNO SOLO.
Para pertenecer a ella solo se precisa el bautismo y el deseo de ser cristiano, es decir,
que los candidatos se reconozcan interiormente ciegos.
Porque para ser curado por Jesús se necesitan hombres y mujeres libres,
y que sean realmente humildes, para que puedan trabajar bien poniéndose al servicio con él,
de la salvación y justificación de todos.
Para que sepan perdonar y amar siempre cargando sobre si con el mal ajeno,
y no vayan por ahí criticando y juzgando a todo el mundo, creyéndose ...
Y por eso, para realizar bien este trabajo es esencial, primero, comenzar por un periodo de
formación, que consiste en abajarse y descender a la propia realidad, es decir, que la formación
comienza por reconocerse ciego, y necesitado de luz.
¿ Comenzamos ? ¿ Quieres ?
Primero, permíteme que te haga unas preguntas muy sencillas:
¿ Tu tienes necesidad de la luz de Dios, de la luz de la Fe ?.¿ Has perdido la luz de tus ojos ? 
¿ Te encuentras sentado/a al borde del camino pidiendo limosna ?.
(¿ Pidiendo que te quieran ? )
¿ Eres consciente de tu situación, pero NO HAS PERDIDO la esperanza de encontrarte con Jesús ?
¡ Enhorabuena !. Eres el candidato/a ideal.
Si quieres ser curado/a de tu ceguera y pertenecer al pueblo elegido, el segundo paso necesario,
es actuar, pasar a los hechos, y no seguir a los ídolos, no obrar como los gentiles ni como el
malvado Antioco Epifanes.
¿ Y como hago yo eso ? me dirás....
Para facilitarte, el formulario, te digo lo mismo con otras palabras.
Solo precisas gritar (orar) al Señor con fuerza, como hizo en Jericó, Bartimeo, el hijo de Timeo,
al oír que pasaba Jesús junto a él.
«Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí» (Mc 10,47), y decírselo desde tu corazón, 
una y otra vez (v. 48 )
¿ Hasta cuando ? ¿ Cuántas veces ?.... Sin cesar, sin cansarte, con insistencia.
Hasta que Jesús te llame a ser santo amándole a él, haciendo su voluntad,
y al preguntarte que quieres que haga por ti, entonces tu puedas decirle;
«Oh Dios, ten compasión de este pecador» (Lc 18,13), « Señor, que vea »
« Dame la Fe, y que no viva para mi mismo ».
Bartimeo, recuperó la luz que había perdido, y la plenitud de su propia dignidad,
gracias al encuentro con Cristo, realizado con fe.
Fue esto, lo que le permitió ponerse en pie y retomar el camino, teniendo por guía a Jesús
recorriendo su mismo camino.
Vamos a ver ... ¿ Quieres ser cristiano ?...
Entonces, simplemente, con la luz de la fe, sigue a Jesús «por el camino» (v. 52).
¿ Sabes quién es en esta historia el injusto, el malvado ? ...
Aquél que confía solo en si mismo y realiza su voluntad, ignorando la de Dios.
Hay riquezas preciosas para nuestra vida que Dios nos entrega, y que podemos perder...
al debilitarse en nosotros la Fe y alejarnos de Él, afanados solo en las cosas seculares y materiales.
Párate un momento. Y mira a tu alrededor.
¡ Cuántas personas viven solas y desorientadas, sin encontrar el verdadero sentido que tiene 
su existencia !
¡ Cuántas personas sufren muchísimo y tienen hoy necesidad para recuperar el sentido de su vida,
de encontrarse de nuevo con Jesucristo !
Para esto eres tu contratado.
¡ Y que alegría tan intensa tuvo Bartimeo en su corazón al ser curado por Dios mediante Jesucristo!
Este agradecimiento profundo, y esta gozosa alegría, la provoca el encuentro con Cristo que 
es posible tener MEDIANTE LA ORACIÓN DEL CORAZÓN.
Pero hay más.
Este trabajo, como ves, requiere Fe, Y LA FE ES UN CAMINO de iluminación: 
parte de la humildad de reconocerse necesitados de salvación y que te lleva al encuentro personal 
con Cristo, ¡ que te llama a SEGUIRLO POR LA SENDA DEL AMOR !
( Jesús nos lleva a encontrarle no solo en la oración personal, ... también nos permite encontrarle
gracias a los itinerarios de iniciación cristiana que vivimos en la Iglesia...
Es recibiendo los sacramentos, como Jesús nos hace dejar de mendigar este amor, para darlo 
con él y junto a él ... )
Queridos hermanos:
Dios nos renueva su llamada, diciéndonos:
"¡Ánimo! ¡Levántate!" (Mc 10, 49)
Yo deseo que participes hoy conmigo EN LA NUEVA EVANGELIZACIÓN del mundo.
Démosle hoy gracias por este "misterioso encuentro entre nuestra pobreza y su grandeza"
y seamos testigos e imagen para todos, de la humanidad que, iluminada por la fe,
se pone en camino hacia la tierra prometida.
BENEDICTO XVI  ( 2007) ( 2009 ) ( 2012 )




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