UN JARDÍN DONDE VIVIR. Benedicto XVI

UN JARDÍN DONDE VIVIR
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¿ Te gusta la jardinería, los árboles, las plantas, cuidar de tu jardín, regar tus macetas con flores,

pasear por la montaña, contemplar la naturaleza, mirar un lago, ver una puesta de sol, oler la tierra mojada, o escuchar el estruendo de un rayo, navegar en la bonanza del mar, o en una tempestad embravecida, esquiar por el blanco manto de la nieve, sentir el rocío de la mañana, o el calor de una buena fogata, el frescor de la noche, sentir el frío del invierno, y el calor del verano, el verdor de una extensa pradera, o la profundidad de un valle, el movimiento de los peces, o el ronroneo de los gatos, la mirada de los perros, o el vuelo de las aves, el canto de los pájaros, o el sonido del viento,

la dureza de las rocas o la fuerza de un volcán, el brillo de la luna o el esplendor del sol, el destello de las estrellas, o la caída fugaz de los cometas ?

Si todo esto lo vives COMO UN DON DE DIOS QUE ÉL HA QUERIDO REGALARTE, toda la naturaleza te ayudará y te hará comprender que TU VOCACIÓN Y EL VALOR que tu tienes como hombre... 

¡ es enorme ANTE DIOS ! Y viceversa le ocurre a quién recorre el camino contrario.

Quién tocado por la Gracia se arrepiente de sus pasados errores y empieza a respetar al hombre,
a dejar actitudes agresivas de violencia o prepotencia, valorando la vida humana en todas sus formas y estados, aprenderá de forma espontánea a respetar también la naturaleza.

La creación es un jardín en el que Dios quiere que vivamos. Y nos pide que lo cuidemos, y lo protejamos.
¡ Tenemos una gran responsabilidad !

Cuando paseando vemos una bella ave, como por ejemplo, un mirlo blanco, nos viene el deseo de fotografiarlo, queriendo recordar aquél encuentro

¡ Y cuántas veces, incluso los animales que viven a nuestro lado hacen que nosotros nos volvamos más humanos !
¡ Y es bello esto !

La verdad es que no tendría sentido cuidar de la naturaleza, de las plantas, de los animales, ...
¡ Y DESPUÉS DESPRECIAR AL HOMBRE !

Recuerdo como Juan XXIII, que era hijo de campesinos, y se crió en el campo quería mucho a los jardineros del Vaticano. Y Pablo VI, y Juan Pablo II, salían mucho a las montañas, para respirar el aire fresco.

Y tu ... ¿ Sigues teniendo como ellos esta sensibilidad por la naturaleza, viendo en ella un don y un regalo de Dios ?

¿ Si Dios quiso darte un jardín así de bello mientras peregrinas en la tierra ... te imaginas lo que te daría a ti viviendo con Él eternamente en el cielo ?

BENEDICTO XVI

  

''Per una ecologia dell'uomo'',
Libreria Editrice Vaticana (Lev) ( 2013 )

Antología de textos de Joseph Razinguer 

realizada por Maria Milvia Morciano.