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viernes, 14 de agosto de 2015

Dios llega en el momento exacto. Confía

¡Nunca te canses de esperar, porque lo que para ti llega tarde, para Dios llega en el momento exacto!



“Cuando nuestra cuenta del tiempo llega a la fase regresiva; cuando pensamos que si Dios no hace algo, vamos a perecer; cuando renunciamos a nuestros planes y dejamos de contar los años de sufrimiento y de recordar los días lánguidos, bañados de tristeza y las noches húmedas de lágrimas; cuando estamos a puntos de decir: “¡No puedo más!”, es cuando el tiempo de Dios empieza a regir nuestra vida. 

Es entonces que, con resignación, exclamamos: “Sea hecha la voluntad de Dios”. 

Si en este momento pudiéramos escuchar la voz de Dios, seguramente nos diría: “¡Al fin lo has dicho!”. Y ese es el momento para comenzar a vislumbrar el milagro que tu corazón espera ver cumplido, de acuerdo con el tiempo de Dios.”

"Dios actúa cuando te quedas tranquila, cuando se agotan tus recursos y cuando, cansada por la lucha caes en los brazos del Eterno." 

La liberación que Dios nos ofrece va mucho más allá de aquella que podemos encontrar en el sillón del psiquiatra o el diván del psicólogo, que ofrecen enseñarnos a lidiar con nuestros traumas, aprender a aceptar nuestro pasado y construir una vida nueva, sobre los restos de una personalidad desecha y cuya única herramienta de apoyo es la fuerza de voluntad.
La libertad en Cristo es mucho más completa y restituyente. Él no nos enseña lidiar con nuestros traumas y fracasos, sino que nos libera de ellos para siempre. Su promesa es: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas” (2 Cor. 5:17).
Él no nos pide que tomemos las piezas rotas de nuestra personalidad y las volvamos a unir. ¡No! El Señor nos hace una persona nueva, con deseos, sueños y aspiraciones renovados. Aunque esto nos parezca imposible, es una verdad que debemos aceptar por fe. Esa es la parte que nos corresponde a nosotras hacer, en la cual ponemos a prueba nuestra fuerza de voluntad y nuestro deseo de hacer la voluntad de Dios.


-Erna Alvarado, El Dios que toda mujer necesita, Gema editores.


Confía

"No te angusties por el peso de un ayer que ya no existe;
Tampoco temas un mañana que quizá no vas a ver.
El ayer pasó….
El mañana no ha llegado.
Goza pues el hoy, que tienes en tus manos."

-La Biblia (Mateo 6:34 parafraseado)





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