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miércoles, 28 de diciembre de 2011

La Luz de Dios brilló en la noche.

Noche-Dia
Oscuridad- Luz
Tinieblas-Resplandor.
Muerte-Vida.
Egoísmo- Amor.
Maldad-Bondad.
NOS DICE EL EVANGELIO
"EN MEDIO DE LA NOCHE,
BRILLO UNA GRAN LUZ"
¿ Pero te has dado cuenta como esta Palabra no la recibimos sólo por Navidad y Pascua?
Dios ha querido que todos los días de nuestra vida, al acostarnos y despertar, contemplemos ESTOS SIGNOS. Vivimos constantemente en ellos.
Y estamos a ellos tan habituados, tan acostumbrados desde pequeños,... que nos parecen connaturales, y no le damos ya importancia.
Nos parecen sólo realidades naturales, físicas... pero detrás ¿no existe acaso un profundo lenguaje de Dios?
El caso, es que incluso, hasta UN CIEGO DE NACIMIENTO, sabe que su vida, toda ella transcurre dentro de estos signos, y sabe valorar su presencia y su importancia,... y en cambio nosotros...
Incluso si te fijas bien, el ciego da más valor a estos signos, que a sus propias sensaciónes, ante el frío o el calor.
Toda su vida, transcurre en la oscuridad, pero sabe que vive en una tierra que gira alrededor del Sol,  y nota su calor y también LA PRESENCIA de esta extraordinaria luz tan importante para la vida.
Sin ella, comprende que él no existiría, ni habría vida para ninguna criatura de este planeta, y además (le) marca los días, las estaciones, los años, y gracias a ella, es decir, a su presencia CONSTANTE, aunque nunca pueda ver la magnitud que tiene tan extraordinaria estrella mirando a una puesta de sol, sabe que gracias a ella, también puede percibir el movimiento que tenemos en el espacio, y el transcurrir de nuestra vida en este tiempo terreno... Y que más allá de la tierra existe un Universo, que es gigantesco, inmenso.
Digo todo esto porque cuando nos encontramos en la oscuridad, atravesando un mal momento o pasando por una dificil situación, nos puede parecer que esta realidad, esta noche, tiene UN PODER mil veces superior al de la luz, PERO NO ES ASÍ. Es justo lo contrario.
Cada decisión de levantarnos, de hacer el bien frente al mal, de construir donde otros destruyen, cada desvelo por un hijo, cada acto de bondad que no espera nada a cambio, el estar dispuesto a sacrificar la conveniencia propia para beneficiar el bienestar ajeno ... cada gesto de amor...Cada una de estas cosas, y de muchas más, que serían innumerables de contar, son como fogonazos de luz en el cielo de la noche.
Es verdad, que tantas veces, estas cosas, las vivimos en la intimidad, en la interioridad de nuestro hogar, e incluso de nuestro corazón, y no son gestos ruidosos.
Pocas veces, cosas así, son noticia en la sociedad o comunidad donde vivimos nuestra fe.
Pero, mientras que la oscuridad pasa como una sombra en la noche, ESTA LUZ PERDURA y se acumula hasta que no deja espacio para que permanezca el mal.
Estas son las SEÑALES que nos da Dios, de que él está con nosotros a cada paso.
Es la luz DE CRISTO gestandose, y creciendo en nuestro interior, por la misteriosa acción de la gracia, del ESPIRITU SANTO actuando en nuestros corazones.
Y entonces, nos pasa algo SORPRENDENTE. Somos TESTIGOS de lo inexplicable, de esa realidad de Cristo, de su vida SOBRENATURAL encarnandose y actuando en nuestro corazón, y constatamos como él esta vivo, resucitado junto al Padre, y que sigue intercediendo por nosotros, comunicándonos su vida.
Y comprendemos entonces mejor que nunca, como necesitamos ver todos los días, estos Signos, estos pequeños milagros, que hace Dios con y a favor nuestro , PARA ABRIRNOS A LA FE, si, la de cada día. Porque es él quién la suscita, nos mueve y la alimenta.
Porque cada día necesitamos dejarnos convertir, sorprender y fascinar POR ÉL.

Así que no hay que temer al poder de la oscuridad, porque mil veces mayor es el poder de la luz, y el que recibe cualquiera de nosotros, acogiendo y siguiendo a Cristo, para poder transformar el mundo entero, en algo bueno.
Y en esa transformación de nuestro corazón, en está vida nueva que Cristo nos regala, encontraremos la paz y nuestra verdadera felicidad, incluso en medio de la noche.

Javier Galdeano

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